"Adquisición del Lenguaje", Trabajo de Investigación Lingüística (página 2)
A través de diversas actividades experimentales
y/o pragmáticas, Bruner explica la importancia que tienen
estos juegos
mencionados para que el niño pueda acercarse
progresivamente al uso del lenguaje.
Dentro de una serie de esas contribuciones del juego
encontramos la comprensión de los turnos de la
conversación (el niño aprende esto a partir de la
estructuración de las partes del juego); también,
el placer del juego que mantiene al niño concentrado en
él, le será útil para luego mantenerse en
una actividad compleja, una "realidad estructurada", "una forma
de vida".
Existen diversas actitudes que
tiene el niño en sus primeros meses de vida en cuanto al
juego, y que luego, varios meses mas adelante, aprende a ejercer
otros roles. La realidad en la que esta inmerso el niño en
la primera instancia, esta acompañada por la
vocalización que aporta estructuras
formales. Estas luego se convertirán en lenguaje pero, a
su vez, son las que dan la posibilidad del cambio de
roles mencionados recientemente.
Es decir, que las estructuras de los juegos
"…se imponen en formatos del tipo indicar y solicitar,
que, en efecto, son esenciales para el desarrollo y
la elaboración de estas funciones
comunicativas. Ellos proporcionan el medio que hace posible su
convencionalización y, finalmente, su
transformación de formatos en actos de habla más
flexibles y móviles…" (Bruner 1983, pp.
63).
El siguiente paso consiste en la referencia. Una de las
fases de la referencia es que implica una interacción social que requiere de cierta
reciprocidad o acuerdo entre emisor y receptor.
Puede existir un importante desacuerdo cuando el tema
referido tiene la posibilidad de variar de acuerdo con la
interpretación asignada desde la
subjetividad del receptor. En estos influyen los medios para
hacerlo, es decir los procedimientos
que hacen a la unión de ambos (E-R). Ante el surgimiento
de dificultades de esta índole entre madre e hijo, Bruner
explica y da a entender por medio de un cierto número de
prácticas experimentales, un mecanismo al que
denominó "negociación"; mientras que el niño
todavía no se expresa lingüísticamente,
existen ciertos balbuceos y gritos, o gestos, etc., que la madre
logra interpretar y de este modo satisfacer sus necesidades. Pero
con el transcurrir del tiempo entre
ambos existen ciertas actividades en las que se negociarán
qué nombre se le dará a ciertos objetos.
Como sustitutos de aquellas cosas sobre las cuales no se
hayan realizado acuerdos aún, existe la
señalización que al utilizarla enriquece el paso
antes explicado.
Para que sea progresiva la adquisición del
lenguaje, debe existir cierto capricho en la madre del
niño de ir corrigiendo frecuentemente, y cada vez con
mayor intensidad, cada uno de los balbuceos utilizados por este
para expresarse o referirse a un determinado objeto. Lo mismo
ocurre con la petición, en un principio existe cierta
complejidad ya que se debe interpretar lo que el niño
solicita hasta llegar al acuerdo mediante los procesos de la
negociación.
El entrenamiento del
niño implica no solamente aprender reglas gramaticales,
sino también su inserción a una cultura
determinada, mediante el
lenguaje.
La siguiente cita textual hace referencia a esta
función
cultural de la lengua:
"…el requerir proporciona un medio no sólo para
conseguir cosas hechas con palabras, sino para operar en la
cultura. Esto implica no sólo coordinar el propio lenguaje
con los requerimientos de acción
del mundo real, sino hacerlo en las formas culturalmente
prescritas que involucran a la gente real…" (Bruner,
1983 pp.123)
El autor menciona que en el crecimiento del niño,
en un determinado momento, el interés de
los padres se vuelve hacia los modales del niño antes que
a los buenos usos lingüísticos.
Las relaciones sociales son pertinentes desde los
primeros pasos del desarrollo intelectual infantil, incluso desde
la
comunicación pre-lingüística hasta el momento en que
este se integre a nuevos contextos culturales cada vez
superiores.
Segunda parte:
Vinculación de la postulación de
Bruner con "Adquisición de la Lectoescritura" de Lila Daviña
(1999):
Sin dudas, la lectoescritura es la siguiente etapa del
aprendizaje
lingüístico del niño, luego de haber aprendido
a hablar. Esta consecución y/o linealidad entre ambas
etapas es la primera y mayor vinculación que hallamos
entre la postulación brunereana (1983) y lo explicado por
Lila Daviña (1999).
En el texto de
Bruner (1983) podemos observar que el aprender a usar la lengua
es un hecho social; la intervención del contexto que rodea
al aprendiz es la primordial influencia para dicha
adquisición. Aclaremos que este autor no niega la
posibilidad de cierta capacidad exclusivamente humana (similar al
innatismo chomskiano) para la adquisición del lenguaje,
que a su vez tiene relación con su necesidad de comunicación.
Lo mismo ocurre con el aprender a leer y escribir.
Daviña vincula a estos procesos con una
problemática aun mayor que consiste en "ser alfabetizado".
"… la alfabetización como capacidad de hablar,
escribir, leer y pensar en forma crítica…es así una
interacción de ese individuo con
el mundo en que se lee y escribe…" (Daviña.
1999 pp. 13).
La lectoescritura continúa la linealidad y las
mismas características (en cuanto a la adquisición)
que el aprender a hablar; es decir que componen un proceso de
aprendizaje sucesivo. Ambos son procesos tanto
lingüísticos como sociales, solamente que la
lectoescritura es una práctica puramente cultural y
principalmente construida en una institución escolar (en
esto difiere totalmente del aprendizaje primario de la
lengua).
El lugar que ocuparon los padres en los primeros pasos
del "aprender a hablar", ahora lo constituye el entorno
institucional encargado también de crear situaciones de
aprendizajes que contribuyan a la
motivación del niño por aprender estas
prácticas.
Una de las investigaciones
teóricas que tienen mayor relación con los
postulados de Bruner, son las de Luria y Vigotsky por
un lado, y por otro, en cierto sentido las concepciones
Piagget.
Vigotsky se vincula con Bruner en tanto que considera
que el niño aprende o se desarrolla, por un lado de modo
"natural" (mecanismos de cambio, biológicos) y por otro
"cultural", en donde influyen las relaciones sociales y los
cambios son producidos mediante la instrucción del adulto.
"…el entorno social interviene activamente desde que el
niño nace y por eso la infancia es el
centro de la prehistoria de
los procesos psíquicos superiores y de los
saberes…" (Daviña 1999 pp.22).
Por tal motivo son pertinentes los aprendizajes
iniciales para que se continúe instruyendo al niño
en base a estos conocimientos previos. En esta dimensión
podemos mencionar el concepto
Vigotskyano de "zona de desarrollo próximo".
Para ser mas explicativo citemos una definición
textualmente de Lila Daviña: "…enseñar
consiste en ayudar al desempeño a través de la zona del
desarrollo próximo. Se puede decir que la enseñanza tiene lugar cuando se ofrece
ayuda en algunos puntos de la ZDP en la que el desempeño
necesita ayuda…".
En cuanto a la lectoescritura, la teoría
Vigotskyana explica que la escritura
deriva del gesto, la imitación y el juego; y de manera
natural el niño descubrirá que la escritura es la
representación de las cosas. Por ende, aprender no
será costoso para él ya que en su infancia hubieron
"métodos
primitivos" (anteriores a las palabras escritas), gráficos q realizaba en
representación de algo o alguien.
En cuanto a las teorías
Piaggetianas observemos lo siguiente: "…cuando los
niños
hubieran aprendido a pensar y madurar suficientemente,
estarían preparados para someterse a la enseñanza
de la lectura y
la escritura…" (Daviña 1999 pp.28).
Esto tiene que ver con el concepto de "referencia"
mencionado por Bruner (1983), en cuanto a la comprensión
que el niño logra tener en determinado momento, es decir
cuando comienza a reflexionar en las referencias de cada
expresión lingüística.
Una vez que aprenden estos aspectos de la lengua,
están capacitados para pasar al siguiente nivel de
desarrollo intelectual; luego se aplicarán diversos
métodos para que los conocimientos del niño sean
transformados, consolidados y adaptados durante el proceso de
escolarización.
Bibliografía:
*BRUNER, Jerome (1983): "El Habla del
Niño". Ed. Paidós. Bs. As.
*DAVIÑA, Lila (1999): "Adquisición
de la Lectoescritura". Ed. HomoSapiens. Rosario.
Ruben Pryszczuk
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